Y en medio de aquella noche, noche obscura, lùgubre, siniesta, de aquella noche en la que no había ruido y se respiraba el silencio profundo, profundo silencio del eco del adiós, ella, lo miraba, enternecida, cándida , era la última vez que lo vería , el poeta la tomaba de la mano y le invitaba a conocer por última vez los placeres de la vida y del sexo, juntos , como uno sólo.. se abrazaron en una profunda y hermosa entrega de amor, bailaron el vals de la creación como nunca y lo hicieron con tal pasión sin complejos, sin inhibiciones, gritaron, sufrieron, se amaron, se odiaron, se durmienron entrelazados, ella emprenderá un viaje, un retorno para no volver, sus idelaes de libertad le habrían llevado a conquistar un sitial en donde siempre quiso y nunca pudo estar, se iba, se fué....
El poeta tejería en su mente el anhelo de quedarse junto a ella, de impregnarle en su cuerpo los más deliciosos fluidos y llenarla de amores, de tomar uno de esos aparatos modernos y sentir su presencia,..
Al llegar al país lejano, se fumó un cigarillo, de esos que le daban seguridad, bebió una copa de vino añejo, añejo como todas sus aventuras , sacó de su bolso que llevaba impregnado un bordado de Eloy Alfaro ,un par de esas dosis que le invitaban a soñar, sin saber que su sueño se haría eterno, aquella mañana , lejos de su país , de su patria ,una dolencia que desconocía le afectó, de sus manos cayó aquel libro de Nitszche que tanto amaba y se convirtió en una especie de biblia, la cual , abrìa al azar y la confortaba , fuè el ùltimo suspiro de vida, su amante nunca más volvería a amarla y ella jamás volverá a sentir el eco del adiós , ni el de una bienvenida , ni el de la vida, estaba de cara con la muerte....murío con ganas de volver a hacer el amor...
MICRORELATO
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