jueves, 4 de agosto de 2016

III

El verso se convierte en sexo
las palabras mudas en caricias
la poesía se teje en la cama
el amor grita, gime y luego de un tanto:

Llora

Tejí un ser perfecto entre mis piernas
hice el amor  con maña y ternura
abandoné complejos y luego comenzé a volar

El demonio me susurra al oído
luego puedo ver a Dios
alcanzo la muerte, me doy la vuelta
y estás siempre tú...

La noche juega y jerga
la entendemos de a dos

Luego cierro los ojos y al amanecer
me reinvento...

Espero la noche, te tengo


lunes, 1 de agosto de 2016

Ni más ni menos feminista que tú...





La historia comienza y no termina nunca cuando se escucha a la  propia familia y a muchas amigas muy pero muy cercanas señalar con dedo inquisidor las actuaciones de otras, tachar como estúpidas las decisiones que se adopta en torno a la vida, empujar para que se actúe con “malicia” contra los agresores, incentivar a realizar una denuncia y luego sin el mínimo de empatía abandonar a la amiga, a la hija, a la madre, a la mujer y al ser humano –Dejarla sola –

Te ofrecían estar…

Luego viene la fase de la competencia en el trabajo,  en donde la batalla se disputa  por quien es la mejor madre, la mejor mujer, la más religiosa, la mejor vestida, la esposa-trabajadora perfecta que a similitud de una deidad puede con todo y es que uno, que a duras penas puede “con dos”,  a “medias” y eso que uno trabaja bajo una jornada especial de “seis horas” que le da tiempo "porque el hijo tiene discapacidad..."

Y eso que yo,  a las SIETE de la noche, ya no puedo, no resisto y debo dormir (porque soy una vaga), porque me canso y ya me duermo, porque soy humano.

¡Qué peligroso trabajar con  una super-woman!

Posteriormente y sin quitarle importancia vienen todas aquellas mujeres que sí:

Son más valientes que tú, más fuertes, más preparadas, más leídas, más independientes, más activas, más feministas,  que deshacen a las otras a pe-da-zos por no poder ser como ellas y por no poder conjugarlo todo en una misma sopa…

Tener una familia, ser madre, ser profesional, ser santa, ser “puta”, tener hijos, ser perfecta :  per-fec-ta y ADEMÁS:

¡Ser feminista!

Aquellas mujeres que defienden a las mujeres que les “parece” y se matan la vida criticando a las demás, a todas las demás…

Las que saludan con quien les conviene y el derecho humano de la igualdad les dura en su círculo, con sus amigas, con sus mujeres.

¡Cómo se sufre en este mundo “feminazii”!

Porque nos exterminamos entre nosotras, porque nos catalogamos como más o menos “feministas” porque tenemos conceptos mal aprehendidos, porque entre mujeres no nos respetamos, no sentimos y no nos amamos, porque juzgamos ignorando realidades.

Porque queremos imponernos entre nosotras y no ante un sistema.

“Cuando las mujeres denigran a otras  mujeres en realidad le están gritando al mundo que están más preocupadas por la “competencia” que por su propio progreso” (este párrafo no es mío)

¡Es hora de preocuparse!

No soy ni más ni menos feminista que tú...
 
Soy un ser humano y me preocupan todas.