Los minutos pasaban de manera sorprendente, en espera de las alegrías que quizá nunca vendrían , el reloj de arena contaba con prisa y rapidez los instantes más preciosos de su vida, también los más tristes .
Ella, extremadamente frájil, lo miraba , lo dejaba pasar no deseaba abrazar la vida, no tenía por que..daban las doce, un cigarro en la mano de esos que alguna vez le regalaron uno de sus amigos aristócratas , donde tantas veces había fingido pertenecer a ese mundo aún fingiendo pretender disfrutarlos, su alma lloraba por tanta pobreza a sus espaldas, el cigarro se va consumiendo , no decide que hacer, un par de lágrimas ruedan por sus mejillas , miles de amarguras, miles de porquerías, la u un recuerdo fugaz de esos que tenía en sus sueños eróticos, de esos que se sabían tan reales que hasta ella creyó que era posible amar..
Las dos y las tres , aquellas horas en medio de sus libros de Benedetti, del extremo feminismo y desición política expirada de Gioconda Belli , en medio de los gritos del infante pidiendole alimento, en medio de su terrible indesición por la vida y por su destino, miraba a traves de la ventana y descubría el vacío de los edificios ¿malditos edificios!, de la gente caminando con prisa, del desamor de las personas, del deseo por compartir los pesos y las modedas , de compartirlo todo ...menos el amor,esa substancia inexplicable, que le producía cientos de chispas de emoción.
Transcurrió la tarde siempre eterna , siempre bohemia ,transcurría su reloj de arena, yacía la madrugada , el insomnio heredado de su padre , le conducía a un desierto emocional inimaginable, nunca fué para nadie.. más que un juego , uno de esos pasatiempos , nunca fué para nadie más que aquella primavera perfecta, hermosa, siempre dispuesta a escuchar, siempre dispuesta a amar aunq no duraría mucho..lo único que pensaría acerca de sí es esas ganas inconcebibles de encontrar esa verdad , esa verdad que la llevaba a la conclusión de que la única manera de amar cálida, intensa, pasionalemente estaría en acariciar sus letras y en mirar mientras lo hacía transcurrir su reloj de arena...su compañero de vida , su testigo fiel , el único que acompañaria sus años, la única certeza que tendría es que su mente era tan poderosamente explosiva que quizá ningún compañero podría compartir con ella ,esa mente , que simplemente no descansaba y pedía a gritos explorar nuevos senderos, nadie soportaría el peso de sus comentarios, de sus ideales, de sus ganas de siempre tener la razón, de ir.. inclusos contra el tiempo, contra su reloj de arena
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