«Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma»
Empiezo a desmenuzar recuerdos. Es hora de empezar a buscar entre mis neuronas un tanto polvorientas un fantasma que me persiguió durante años: Mi timidez, mis alas cortadas, mis libros robados y mis deseos de hacer el amor frustrados por la divinidad que se posaba frente a mí y martillada en un crucifijo me señalaba con dedo acusador y me decía NO a todos los SI que podrían lograr hacer llevadera mi existencia.
Primera fotografía: La casa de mi abuela materna plagada de estampas divinas, velas consumiéndose, comida fresca de la plaza Urbina, el Señor del Terremoto enmarcado en la habitación de mis abuelos y yo en el único portaretrato de los nietos distinto a los demás de color negro ( creo que mis abuelos adivinaban que sería la oveja más negra de su rebaño).
Llevaba los audífonos de mi walkman y miraba como mi abuela servía el alimento a su marido en grandes cantidades y a los demás nos ponía la mitad de su plato. El resto podía cagarse del hambre, el marido no, el marido era el proveedor, el alimento de esa casa, mis tripas siempre se quedaban hambrientas.
Llevaba los audífonos de mi walkman y miraba como mi abuela servía el alimento a su marido en grandes cantidades y a los demás nos ponía la mitad de su plato. El resto podía cagarse del hambre, el marido no, el marido era el proveedor, el alimento de esa casa, mis tripas siempre se quedaban hambrientas.
Segunda Fotografía: Mi madre hermosa y perfecta, buena mosa y buena esposa, preparando la cena para su marido, la casa siempre prolija, el abrazo cuando llegaba papá. La vida para sus hijos, sus ojos lindos pidiendo el mundo y él que no la dejaba. Él merecía todo y mi mamá nada.
Tercera Fotografía: Mi casa, mi pequeña suite de estudiante de la central que en un inicio era una guarida de borrachos e intelectuales, se convertía de a poco en una cárcel de cincuenta metros, con un par de sartenes quemados y una mariposa (mi bala linda) deambulando en mi vientre, esa mariposa que me pateaba desde muy pronto y me pedía huir de ahí.
El maldito aliento a licor por las noches y yo corriendo a cualquier parte ( a cualquier casa ) con mi bala trastocando mi corazón.
El maldito aliento a licor por las noches y yo corriendo a cualquier parte ( a cualquier casa ) con mi bala trastocando mi corazón.
Cuarta Fotografía: "No podrás terminar de estudiar"
¡Fracasaste en la vida! ¡Debes volver con tu marido! ¡Debes ser ejemplo para tu hija!
No fumes frente a tu hija, “tu marido va a ser siempre tu marido aunque te divorcies “, puras mierdas…
¡Fracasaste en la vida! ¡Debes volver con tu marido! ¡Debes ser ejemplo para tu hija!
No fumes frente a tu hija, “tu marido va a ser siempre tu marido aunque te divorcies “, puras mierdas…
Quinta Foto y definitiva: Mi abuelo diciéndome antes de morir “NO VUELVAS A SER COJUDA HIJITA “, “TU HIJA NO SE LLAMA VALENTINA, SE LLAMA BALA”, esta foto, la definitiva ( la que me hizo SER Y NO PARECER )
El revelado: Yo y “todas” cansada de parecer, cansada de refugiarme en brasas ajenas, cansada de pregonar por el mundo un anillo de matrimonio y de ir a la iglesia ante una imagen terrorífica a pedirle compasión, cansada de darle mal ejemplo a mi hija con un matrimonio mal llevado cansada de no poder ser mujer, harta de no poder volar con mis hijos, que son lo único bueno que he parido en la vida. El resto, han sido problemas ( tengo un genio de mierda).
“La hereje” ebria de música , llena de ideas, fumando con los compañeros poetas y empezando a volar, rebelde, audaz, mujer antes que mamá, con ganas de hacer el amor y de abandonar la guerra.
Yo con mi bala y mi Benja de la mano queriendo escribir y llorando a raudales, bebiendo cuando las penas de amor me atacan, enamorándome y gritando libertad, cansada de ser la santa Madre que mi familia intentó criar y comenzando a curarme 31 golpes. Esos que intentaban amordazarme y hacerme sentir menos madre, menos mujer, menos creyente, menos humano.
Yo con mi bala y mi Benja de la mano queriendo escribir y llorando a raudales, bebiendo cuando las penas de amor me atacan, enamorándome y gritando libertad, cansada de ser la santa Madre que mi familia intentó criar y comenzando a curarme 31 golpes. Esos que intentaban amordazarme y hacerme sentir menos madre, menos mujer, menos creyente, menos humano.
Más transparente, , amiga, hermana, hija malparida, nieta inmoral y divorciada, mujer sola, madre soltera , loca, rebelde , lectora.
Pero humana al fin.
Pero humana al fin.
Herejía negando los caprichos de mi pueblo, “sola” por mala mujer, “alcohólica” por querer beber la vida a raudales,”puta” por ser libre, “fracasada" por no tener un anillo, “solterona” por no vestirme de blanco. `Pero mujer al fin, porque sé hacer el amor de todas las formas posibles, desnudando antes que nada el alma, las palabras, las miradas y escogiendo silencios para acariciar.
Hace poco tiempo volví a enamorarme:
Me engañaron, me golpearon, mi alma estaba a punto de perderse pero mi fuerza se recupera cuando veo los ojos de esperanza del Benja.
Sobreviví y mi escencia es ser libre y feliz...
¿Y ustedes?
Hace poco tiempo volví a enamorarme:
Me engañaron, me golpearon, mi alma estaba a punto de perderse pero mi fuerza se recupera cuando veo los ojos de esperanza del Benja.
Sobreviví y mi escencia es ser libre y feliz...
¿Y ustedes?
Esos esos santos que no fallan un domingo en la iglesia ( porque pierden una hora para criticar a su prójimo), los que viven en sus fotografías del pasado intentando cagar al resto; Aquellas santas que tienen el alma tan seca que no les duele la falta amor porque soportan. Esos que frente a sus hijos son un molde perfecto y esperan (aunque se les engañe) a sus maridos con la entrepierna siempre dispuesta.
Yo huía del sexo sin amor.
¿Dónde están los santos que agradecen a Dios en las redes sociales?
A su Dios le agradezco cuando me da un orgasmo. Le agradecí cuando me dio la única suerte de ser madre de la mujer más hermosa “mi bala” y de esos ojos llenos de luz, de bondad y amor del Benja.
Quiero ver a esos "santos" que se ensucian tanto el alma a diario compensando sus carencias con hermosos adornos que lucirán ante sus invitados, quienes luego de salir de la reunión hablarán incluso de la forma en la que usted tiene colocado el papel higiénico del baño y de cómo estaba vestida “Fulanita”. Esos santos que nos llaman putas, esas santas que nos llaman zorras, esas familias con doble moral que nos llaman “solteronas”. La gente que nos llama “herejes”, esos apellidos que nos llaman "cholos, indios, longos."
Yo huía del sexo sin amor.
¿Dónde están los santos que agradecen a Dios en las redes sociales?
A su Dios le agradezco cuando me da un orgasmo. Le agradecí cuando me dio la única suerte de ser madre de la mujer más hermosa “mi bala” y de esos ojos llenos de luz, de bondad y amor del Benja.
Quiero ver a esos "santos" que se ensucian tanto el alma a diario compensando sus carencias con hermosos adornos que lucirán ante sus invitados, quienes luego de salir de la reunión hablarán incluso de la forma en la que usted tiene colocado el papel higiénico del baño y de cómo estaba vestida “Fulanita”. Esos santos que nos llaman putas, esas santas que nos llaman zorras, esas familias con doble moral que nos llaman “solteronas”. La gente que nos llama “herejes”, esos apellidos que nos llaman "cholos, indios, longos."
Los herejes somos obstinados, tercos, piezas de rompecabezas sin armar, solitarios, bandidos, artistas, amantes empedernidos, los herejes somos humanos, sabemos vivir y gritar libertad…
Los herejes no somos mogigatos.
¿Y ustedes?
Los herejes no somos mogigatos.
¿Y ustedes?