jueves, 5 de noviembre de 2009

Divino invierno , sólo a sus ojos primavera


La mujer caminaba entre las hojas del invierno, entre los macabros pasos que pintaron su vida , macabros encuentros furtivos con amantes desconocidos, que seguramente la conducirían a este enorme vacío, mujer primavera , inocencia completa , te entregabas en sus brazos en medio de copas, abatares y sueños de superación perfectamente idealizada ,idealizada solamente, así de literal.

Al fondo , la sombra de su amante , de mirada cristalina , de manos grandes, de compromisos aún más grandes, mujer primavera pese a su envejecimiento precoz, a su vivir apresurado , cuando miraba a su amado sentía como si fuese la primera vez y se iba convenciendo que podría ser la última , el tiempo con su amor era eterno diariamente recibía la primera despedida de muchas bienvenidas a su corazón, a veces se sintió inútil, a veces se sintió manipulada, pero entendió que el destino sabiamente le habría dado primaveras tal cual, estacionarias, fugaces pero terriblemente profundas y sobretodo floridas, floridas y hermosas , de escasos amaneceres , sí , escasos pero perfectamente e inigualablemente consumados.

Sus ojos despedían amor, el más profundo entendía al mirarlo , esas lágrimas sin dejar de ser tristeza le daban vida , la vida de saberse primavera a los ojos de su amante aunque ella se encontrase en el más frío y despiadado infierno, sólo a sus ojos lo imperfecto se amoldaba a lo maravillosamente divino. Sólo a sus ojos el invierno se convertía en primavera.

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